Y la casa del quesero, ¿qué sería?

Quiere leche y no es lechera ¿Qué será?

De leche me hacen de ovejas y cabras que pacen.

Oro parece, plata no es, el que no lo sepa un tonto es.

Blanca por dentro, verde por fuera. Si quieres que te lo diga, espera.

Cuanto más caliente, más fresco y crujiente.

Del nogal vengo y en el cuello del hombre me cuelgo.

No soy ave pero de mis huevos se hacen palomitas para los niños buenos.

Si quieres las tomas y si no las dejas, y se suele decir que son comida de viejas.

Mi madre es tartamuda, mi padre es “cantaor”, tengo blanco mi vestido, amarillo el corazón.

Blanco es, la gallina lo pone, con aceite se fríe y con pan se come.

Fríos, muy fríos estamos y con nuestros sabores a los niños animamos.

Dentro de una vaina voy y ni espada ni sable soy.

Entre col y col lechuga, entre lechuga, una flor, que al sol siempre está mirando, dorándose a su calor.

Somos blancos, larguiruchos, nos fríen en las verbenas, y dorados, calentitos, nos comen nenes y nenas.

Col es parte de mi nombre, mi apellido es floral, más si lo quieres saber a la huerta has de marchar.

Vive bajo tierra, muere en la sartén, sus diez camisitas llorando se ven.

En el campo me crié, atada con verdes lazos, y aquel que llora por mí me está partiendo en pedazos.

Son de color chocolate, se ablandan con el calor y si se meten al horno explotan con gran furor.

Ver, ver, ver, cierra la puerta y ¡zas!