Una señora

Una señora, muy enseñoreada, siempre va en coche y siempre va mojada.

Uno se cree superior,

Uno se cree superior, el otro inferior se siente, sin decirse nunca nada mucho se quieren, tanto que siempre se están besando.

Cuando sonríes asoman

Cuando sonríes asoman blancos como el azahar unas cositas que cortan y que pueden masticar.

Uno larguito,

Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.

En la jirafa descuella,

En la jirafa descuella, bajo la barba del rey, lo tiene cualquier botella, la camisa o el jersey.

Hay en la plaza nueva

Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.

Al revolver una esquina

Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros.

Pozo hondo,

Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.

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